PETERTAMAYO

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Desarrollo personal, físico y mental (acompañado de vivencias, historias, experiencias y RECUERDOS!!!)

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viernes, 24 de noviembre de 2017

REGÁLATE VIDA


Cualquiera que me conozca medianamente, sabe de mi amor por el deporte y de mi pasión por las artes marciales desde bien pequeñito...

A lo largo de los años, y siempre dando gracias a mis padres por haberme iniciado y por haberme apoyado en ello, he tenido la oportunidad de practicar judo, karate, ju-jitsu, kobudo, iaido, boxeo, kick-boxing, kung-fu o goshindo, con la inmensa suerte de haberme cruzado en el camino con muchas buenas personas de las que he conseguido aprender valores y conocimientos válidos para mi vida personal en todas sus expresiones y magnitudes.

Hace casi diez años y después de haber dedicado una parte importante de mi vida a la práctica y el estudio de éstas artes, traté de documentar informaciones, ejercicios, vídeos y vivencias personales con el propósito de "crear" un documento  de fácil lectura  que pudiera servir a otros como impulso para imbuirse en el estudio y la práctica.

Como muchas otras cosas que nos suceden en la vida, ese "proyecto" se quedó en el tintero por diferentes motivos que no vienen al caso, y desde entonces, sigo pensando que a pesar de no haber llevado a la práctica dicho proyecto, he cumplido medianamente, a través de las diferentes clases y cursos que he tenido oportunidad de impartir, consiguiendo animar a muchos de los que me rodean a querer interesarse por el deporte, la salud y los hábitos de vida saludables.

En todo este periplo, y después de habernos visto en numerosas ocasiones, tuve la oportunidad de conocer personalmente hace unos años (de la mano de mi querido y añorado José Antonio Valcárcel Asúa) al que hoy en día considero mi amigo, compañero, instructor y gran referente de la defensa personal en España.

Se trata de Manuel Montero Kiesow y hoy me siento orgulloso de recomendar tanto su trabajo como su Manual Práctico de Defensa Personal para Mujeres, porque en él se recopilan de forma ejemplar algunos de aquellos conocimientos que fui adquiriendo durante mis años de práctica y muchos otros conceptos que nunca llegué a adquirir. Sin duda, su trabajo se ha convertido en un referente para todos aquellos que aprendimos y para todos aquellos que quieren aprender.  

Lo puedes encontrar fácilmente en cualquier biblioteca pública de la Comunidad de Madrid, en Barcelona, en Galicia... e incluso en algunas de las principales librerías de sudamérica.

Si hoy estás pensando en el #BLACKFRIDAY y tienes ganas de comprar, búscalo en Amazon, acércate a FNAC, LA CASA DEL LIBRO o LIBRERÍA ESTEBAN SANZ y REGÁLATE VIDA.

Recuerda que el 25 de noviembre se conmemora el día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y este manual puede ser un regalo perfecto!!

sábado, 9 de octubre de 2010

UNA LECCIÓN DE MIEDO


El pasado viernes 8 de octubre había quedado para comer con dos buenos amigos puesto que hacía muchos meses que no coincidíamos los tres juntos. Entre otras cosas, teníamos que hablar del verano, de los entrenamientos, de los cursos, de los exámenes, de los viajes...

Pero, sin tener ni idea de lo que me esperaba, me encontré sentado a la mesa con un grande entre los grandes.

Miguelo nos había reservado la sorpresa hasta el último instante y Cristina y yo nos quedamos boquiabiertos al ver que se trataba del Maestro Alain Sailly. Y digo Maestro porque una vez más me demostró que es todo un Maestro con mayúsculas dentro y fuera del tatami. Para quien no conozca su trabajo, le recomiendo que lea este breve resumen de Joaquin Villalta o que busque en youtube. Y si además es practicante de cualquier Arte Marcial le recomiendo que haga lo imposible por entrenar al menos una vez con él.

Si no recuerdo mal, la primera vez que supe de su existencia fue hacia el año 1994 gracias a unos videos que me prestó mi amigo Álvaro Jimenez que mostraban secuencias espectaculares de un seminario que habia tenido lugar en España. Años más tarde, mi maestro Jesús Fernández estuvo entrenando con él y con Bryan Cheek y volvió hablando maravillas.

Creo que fue en 1998 cuando tuve oportunidad de entrenar con él por primera vez en un seminario que impartió junto a Kyoshi John Therien y desde entonces, han sido varias las ocasiones en las que he podido disfrutar de sus enseñanzas. Además tuve ocasión de entrevistarle (a través de Jesús) para la publicación de mi artículo en la revista Dojo en diciembre de 2005.

Siempre ha demostrado una plasticidad y una elegancia propias de un artista, siempre se ha preocupado por todos quienes estaban presentes en el tatami sin distinguir entre altos grados o principiantes y siempre ha mostrado su mejor sonrisa fuera cual fuera la situación.

Es de esas personas a las que da gusto ver y escuchar. Durante la comida le mencioné mi éltima entrevista al Maestro Mc Carthy y le comenté que cuando le conocí, me recordó mucho a él.

El encuentro fue estupendo, la comida espectacular y los momentos de risas y bromas maravillosos. Puede decirse que se trató de un "momento para el recuerdo" de esos que tanto me gusta rememorar y que quizá aparezca en próximos post.

Pero sobre todas las cosas, quiero compartir con vosotros una anécdota. Durante la conversación, Cristina le preguntó sobre sus experiencias en el mundo de la competición y sobre su relación con el miedo. El maestro nos recordó una de sus primeras competiciones en Judo cuando tenía aproximadamente 12 años. Su abuela le llevaba en coche cuando, cerca del estadio, estando parados en un semáforo, unos cuantos chicos muy grandes con cara casi de "terroristas" o "asesinos" cruzaron delante de su coche. Su abuela le comentó algo asi como "si te toca con uno de éstos estas perdido". Entraron en el estadio y al poco rato se escuchó su nombre y el de su adversario para que entraran a combatir al tatami. Al entrar, no podía creerlo porque su rival era uno de los chicos que había visto en el semáforo. Tragó saliba, miró a su abuela que estaba sentada en la grada y recibió el típico gesto que yo interpreté como cualquier cosa menos un poco de ánimo. Algo así como "te vas a enterar" o "vaya suerte que has tenido".

Comenzó el combate y, tras unos instantes de dudas, se sobrepuso a su miedo y después de unas cuantas técnicas, consiguió vencer el combate.

Quizá para alguno de vosotros esta anécdota no tenga mayor trascendencia pero, como a mi me gusta extrapolarlo todo a otros ámbitos de la vida (sobretodo algunos aspectos positivos de las Artes Marciales), yo lo tomé como una nueva lección para enfrentarnos a nuestros miedos y como un motivo para no dar nada por perdido ni tirar la toalla antes de tiempo, aunque la situación tenga toda la pinta de que no se va resolver a nuestro favor.

Desde aquí quiero agradecer a mi amigo Miguelo esa "grata sorpresa", agradecer al maestro que compartiera tan gustosamente sus experiencias con nosotros y espero que pronto podamos volver a repetirlo.