No pretendo dar la noticia del Nuevo grupo de Juan Luis Guerra. Hoy sólo quiero hablar de la ILUSIÓN.A lo largo de la vida son muchas las cosas que nos van ilusionando y, en mi caso, muchas de ellas se han ido convirtiendo en realidad.
Un día como hoy, hace 4 años, tomaba una de las decisiones más importantes de mi vida envuelto en la ilusión y el enamoramiento, convencido de que hacía lo correcto y con la certeza de que aquello sería para toda la vida.
En pocos días, se cumple el 40 aniversario de mis padres que siguen unidos día a día compartiendo sus vidas con la misma ilusión. A ellos, a su ilusión, amor, cariño y ternura les debo mi vida, y sólo espero que mis 4 se conviertan en 40 al menos con la mitad de felicidad que ellos han disfrutado.
Y hablando de ilusión, no sabéis la ilusión que me hace saber que este viernes me será concedida la insignia de plata del Club Atlético de Madrid por llevar 25 años como socio.
Son muchas las emociones que se viven siendo parte integrante de un club que aspira a lo más alto contando con muy poquito, que se nutre de las ilusiones de todos aquellos que sienten en su corazones ese "algo especial" que nos hace diferentes. En muchas ocasiones yo digo que ser del Atleti te imprime carácter y te hace ser distinto a muchos otros.
Solemos mantener viva nuestra ilusión y nuestra esperanza a pesar de que nos persiga el lamento de "jugamos como nunca y perdimos como siempre" y creo que esa ilusión y esperanza la compartieron muchos madridistas durante la jornada de ayer sin saber que se enfrentaban a un gran Barcelona que, como dice mi amigo José Luis Burgos, contaba con un 4-3-3-3.
Pero en fin, aunque en el último mes lo ha parecido, no todo es fútbol...
En estos días pasados, son muchos los que se han alegrado por la muerte de Bin Laden pues su ilusión era "hacer justicia". Pero hoy por hoy, muchos más que esos muchos viven con miedo en el cuerpo pensando en la venganza de los extremistas, con la ilusión de que no les toque de cerca ningún posible acto terrorista que pueda romper sus vidas y terminar con sus ilusiones.
Yo prefiero mirar hacia el frente, poner la mirada en el horizonte pensando que de ilusión también se vive. Así lo hizo D´artacan cuando se fue a París para convertirse en Mosqueperro.
¿Y a que viene esto Pedro?
Pues a que durante esta Semana Santa, y gracias a mi amigo Fernando, he disfrutado con mi hijo de toda la serie al completo y a que mi hermano pequeño se ha marchado a Londres con la ilusión de poder vivir nuevas experiencias, aprender inglés y conseguir un empleo que se le resiste desde hace unos cuantos meses como le ocurre a los casi 5 millones de desempleados que a nuestro querido Gobierno le cuesta reconocer.
Por último, comentar que vivo con la ilusión de conocer al nuevo miembro de la familia Tamayo que si Dios quiere, estará con nosotros para el mes de diciembre.
PD: para relacionar pasado presente y futuro, deciros que la mano es la de mi mujer luciendo su anillo de pedida en lo alto del Empire State de New York, alli donde dicen que Bin Laden terminó con las ilusiones de muchos americanos.
