No recuerdo con exactitud (y eso es muy raro en mi) la fecha exacta en la que tuve conocimiento de que el espectáculo se había puesto en marcha. Como siempre, tardé un tiempo en ponerme a investigar el lugar, los horarios y la disponibilidad de entradas, pero ya era imposible. El espectáculo estaba completo y las siguientes representaciones estaban programadas para la ciudad condal.
Algunos de los que me leéis y algunos de los que sabéis de mi gusto por la televisión, sois conscientes de que en más de una ocasión me he definido como un "animal televisivo". Gracias a ello y gracias a todas esas horas delante de un televisor, hace muchos años descubrí, como millones de españoles, a un ser humano capaz de transformarse en todo lo que se le ponía por delante.
Sé que ese no fue su origen en esto del mundo del espectáculo puesto que ya destacaba por sus trabajos en radio, pero creo que gracias a aquellas apariciones periódicas en aquel late night, se hizo un hueco en el corazón y en la mente de muchos de los que le admiramos.
Por culpa de aquello, por mi amor por la música, por mi manía de fijarme en todo y de imitar a todos, me reconozco públicamente seguidor, fan y ferviente admirador del señor Carlos Latre.
El jueves pasado, acompañado de mi hermano mayor y de su mujer, disfruté como hacia tiempo que no hacía y no paré de reír durante la hora y media que dura #yeswespainISDIFFERENT.
Cuando algo te apetece, te seduce o te conmueve, afloran en tu interior las llamadas sensaciones y las posteriores emociones que muchas veces son muy complicadas de transmitir o de expresar.
En este caso, voy a intentar relatar muy brevemente lo acontecido en los últimos meses...
Tras haber experimentado la "frustración" de no haber llegado a tiempo para comprar las entradas y tras leer continuamente en twitter las magnificas criticas que estaba recibiendo, hace unos meses, viendo la televisión (como no podía ser de otra forma), me enteré que la representación iba a volver a Madrid con una vuelta de tuerca para ajustarse en mayor medida a los cambios sociales y políticos acontecidos en los últimos tiempos.
En aquel momento sentí una profunda alegría y supe que esta vez no se me iba a escapar el tren.
Lo mas difícil de todo, era encontrar una fecha y cuadrarla con alguien que me acompañara, porque mi mujer no estaba por la labor.
Los cuarenta años de mi hermano, sus circunstancias personales, su tiempo libre y otra serie de cosas que no vienen al caso, me hicieron pensar que el mejor regalo que le podía hacer era regalarle un par de entradas y comprarme otra para acompañarle.
Sinceramente creo que ha sido el dinero mejor invertido de los últimos tiempos y por eso quiero recomendar a todo el mundo que este en disposición de invertir en FELICIDAD, BUENROLLISMO y RISAS que no dude ni un momento en comprar su entrada para ver a un genio del humor, a un mago de la representación y a un maestro de la interpretación que llena el escenario con su presencia.
Probablemente no os acompañe una luna llena inmensa como lo hizo conmigo esa noche, ni tengáis a Iker Casillas y Sara Carbonero tres asientos por delante, pero estoy convencido de que la satisfacción, la alegría y la felicidad estarán a vuestro lado.
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