Desarrollo personal, físico y mental (acompañado de vivencias, historias, experiencias y RECUERDOS!!!)
PETERTAMAYO
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Imaginación
sábado, 11 de junio de 2011
INDIGNADO
miércoles, 9 de marzo de 2011
Libertad de expresiones
Cinco minutos más tarde, aturdido por el ensordecedor grito de la dulce criatura que descansa a mi lado plácidamente en su cuna, vuelvo a pensar para adentro y me digo: "A quien madruga, Dios le ayuda". Abro el ojo, enciendo el teléfono, miro la hora y, como decían Los Sencillos en su canción "Bonito es", me pregunto: ¿Qué día es hoy?, Hoy es martes…
Ha pasado exactamente un mes y hoy toca ir a ver al doctor para que me de los resultados.
Pero antes de nada, como cada día, he ido a mi oficina para cumplir con mi trabajo de la mejor forma posible y para echar una mano a coordinar tareas que, aun no siendo propias de mi puesto, son parte intrínseca de mi forma de ser dado que ejerzo y cumplo con la famosa frase de "Haz el bien y no mires a quien".
Llegaba el momento, lo comentaba con mis compañeros y de sus bocas escuchaba aquello de "Ya nos contarás…" con el soniquete de las despedidas donde te dicen eso de "Buen viaje, lleva cuidao y avisa cuando llegues".
Acompañado por el gran Dr. Tamayo mientras que hablamos del bien y del mal, me siento en la sala de espera mirando atentamente a las pantallas y esperando que señalen el número B219 como los corredores que esperan impacientes "el pistoletazo de salida".
Paso a la consulta y… "ojo al dato", antes de que me de tiempo a tomar asiento, recibo un auténtico mazazo: "Te tienes que operar"
"¿Comorrr?"," "¡¡¡Jaaaarrrlllll!!!,"No puedor, No puedor…"
Lo primero que pasa por mi cabeza es decir eso de "¡Multiplícate por cero!" que tanto repite Bart Simpson, para después recordar al gran M.A Baracus dicendo "No me subiré a ese avión".
Saliendo por la puerta de la consulta, una vez que nos habíamos despedido del Dr. Sánchez-Barbero y después de haber dejado constancia de mis pocas ganas de querer operarme, algo me decía que ese momento podía haberse interrumpido si el doctor hubiera dicho aquello de "Sólo una cosa más… ¡Tengan cuidado ahí fuera!".
Acudimos a la cafetería y, mientras sigo haciéndome a la idea de "lo que se avecina", de boca de mi padre escucho lo de "ya lo sabía yo". Lo comentamos, le hago mil preguntas, le pido opinión y me contesta con "tú verás lo que haces". Recapacito, reflexiono y como a mi "me encanta que los planes salgan bien" porque "más vale prevenir que curar", comienzo a "darle vueltas a la cabeza" para intentar encontrar el momento adecuado.
Una vez planteado el mes de junio como opción más acertada, parece que en el mes de mayo (cuando algunos madrileños repiten aquello de "San Isidro labrador quita el agua y pon el sol"), tendría que empezar con las pruebas del preoperatorio.
De vuelta al trabajo, lo comento con los compañeros y recibo algunas de las clásicas y míticas expresiones: "no me lo puedo creer", "estás fatal", "vaya putada"… y sin darme tiempo a mucho más, vuelvo a la tarea porque "hay mucho tajo" y "mucha tela que cortar".
"En fin" cuando "todo parece estar perdido" y crees que "vas de culo y cuesta abajo", siempre queda un momento para la reflexión al ver que tu hijo te mira con los ojos bien abiertos y te dice "TE QUIERO".
"Y eso es to… eso es to… ¡eso es todo amigos!". Espero que os haya gustado el relato de Un día de furia visto desde la perspectiva del incombustible @petertamayo.
Parafraseando a D. Manuel Luque y recordando a mi querido Pingüino en mi ascensor, si no le ha gustado: "Busque, compare y si encuentra algo mejor… ¡Cómprelo!"