Solo una vez al año, no parece inteligente
pero si me lees ahora, me parece suficiente.
Hoy es el último día, de este año dos mil veinte
y quiero expresar un poco, lo que pasa por mi mente.
Comenzó con ilusiones, rodeado de tu gente
con propósitos e ideas, que eran un buen aliciente.
De pronto nos encerraron, de forma muy evidente
y subimos las paredes, como lo hace un demente.
Los días se hicieron largos, siendo un televidente
recibiendo las tristezas, que sufría el continente.
A
unos les dio por comer, muy acaloradamente
y
alguno hizo ejercicio, casi por un accidente.
Los
niños desubicados, no entendían el presente
y
los profes trabajaron, su paciencia de docente.
Después
nos dio por cantar, como a los adolescentes
al
ritmo de nuestro Dúo, para hacernos “resistentes”.
Y
salimos a la calle, para ver el sol de frente
para
dar un paseíto, muy acojonadamente.
Fueron
pasando los días, mejorando levemente
y
llegamos al verano, muy agradecidamente.
En
septiembre los colegios, se hacían ya muy urgentes
con
la idea de volver, a una vida inteligente.
Para
poder retomar el ritmo de antiguamente
e
impulsar la economía, casi lastimosamente.
Y
me salto mucha mierda, para que no te atormente
para
no hablar de lo malo y hacerlo amargadamente.
Pues
hemos sufrido mucho y hoy vivimos con ausentes
pensando
que ya termina, este año indecente.
Pero
si ya me conoces, aunque sea levemente
sabes
que terminaré, este escrito amablemente.
Te
deseo un veintiuno, lleno de amor que alimente
que
te llene el corazón y te haga diferente.
FELIZ
2021