PETERTAMAYO

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Desarrollo personal, físico y mental (acompañado de vivencias, historias, experiencias y RECUERDOS!!!)

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lunes, 25 de octubre de 2010

Así que pasen 30 años...


Hoy paso del 2010 a 1977 en un abrir y cerrar de ojos después de haber cumplido con otro de mis deberes pendientes sobre películas históricas memorables que nunca había visto.

Para daros unas pistas, os voy a decir que la banda sonora es muy buena, que el protagonista no se mueve mal, que lleva El Pelo P´atrás y que ha sido imitado en infinidad de ocasiones...

Si todavía no sabéis de lo que estoy hablando, me queda deciros que en la película mencionan a otros ilustres de aquella época como Bruce Lee, Al Pacino, Beckenbauer, Paul Anka, o Eric Clapton y que, como decoración de la habitación del protagonista, aparece un poster de mi admirado Rocky Balboa.

Yo nací en 1977 y creo que me ha tocado vivir alguno de los aspectos de la vida que Tony Manero refleja en su Fiebre del Sábado Noche porque, además de los ciclos económicos que se repiten cada 30 años más o menos, las modas y ciertas tendencias sociales son muy similares en los adolescentes de muchas partes del mundo.

Recuerdo mis 19 años como uno de los grandes momentos de mi vida, puesto que a mi también me gustaba salir, divertirme, bailar y sentirme un tío importante(si alguno de mis hermanos lee ésto, seguro que me dirá que a mi también me gustaba peinarme con el pelo p´atras... pero eso era cuando tenía pelo). La película ha traído a mi memoria algunos de esos momentos de juventud bailando entre luces de colores, bajo una bola de espejos y envuelto en humo blanco además de algún que otro momento ejecutando coreografías acompañado de mucha gente en el centro de la pista. A pesar de que para algunos yo era el "raro" por no consumir, el tabaco y las drogas también me rodearon y formaron parte de mis salidas nocturnas. Hice el cabra con mis amigos en coche y, GRACIAS a DIOS, todavía sigo vivo para contarlo. Me tocó vivir el problema de estirar el dinero para salir dos días seguidos del fin de semana y por eso decidí tomar el camino de utilizar la noche como un medio de diversión donde sacar dinero para costear mis gastos. Para el que no lo sepa, muchas veces me han hecho la siguiente pregunta: "Si tu estás en contra de los excesos, ¿por qué fomentas el consumo de alcohol?", a lo que yo siempre respondía "yo no fomento que la gente consuma alcohol, simplemente fomento que aquellos que lo van a consumir, lo hagan en los locales donde a mi me pagan".


Pero volviendo al tema de la película y haciendo una comparación con la situación actual, creo que muchos de los aspectos que se abordan, tienen su proyección en la sociedad de nuestros días. El padre de Tony está en paro porque se ha quedado sin trabajo en la construcción, es un machista y menosprecia a todo el que pasa por delante. El hermano mayor abandona los hábitos por una crisis de fe mientras que la madre sufre por el "qué dirán". Los jóvenes amigos de Tony viven sin un porvenir claro, con la simple ocupación sus mentes basada en cuatro ideas: el sexo, las drogas, las gamberradas y la música.


Tony se da cuenta de que muchos le consideran una estrella por ser el tío más popular de Odisea 2001, donde se quita a las chicas de encima, y descubre que su vida debe aspirar a mucho más cuando es consciente de que está enamorado.


Con el paso del tiempo, sintiéndo en mi interior la misma energía de los 19, me queda mirar atrás para darme cuenta que todos aquellos momentos, a pesar de lo insignificantes que pudieran ser, han sido importantes para llegar a convertirme en lo que soy... un eterno soñador que espera que la vida le siga brindando oportunidades para disfrutar y ser feliz, ya sea cantando, bailando, riendo o compartiendo experiencias con aquellos que lo aprecien y sepan escuchar...


sábado, 9 de octubre de 2010

UNA LECCIÓN DE MIEDO


El pasado viernes 8 de octubre había quedado para comer con dos buenos amigos puesto que hacía muchos meses que no coincidíamos los tres juntos. Entre otras cosas, teníamos que hablar del verano, de los entrenamientos, de los cursos, de los exámenes, de los viajes...

Pero, sin tener ni idea de lo que me esperaba, me encontré sentado a la mesa con un grande entre los grandes.

Miguelo nos había reservado la sorpresa hasta el último instante y Cristina y yo nos quedamos boquiabiertos al ver que se trataba del Maestro Alain Sailly. Y digo Maestro porque una vez más me demostró que es todo un Maestro con mayúsculas dentro y fuera del tatami. Para quien no conozca su trabajo, le recomiendo que lea este breve resumen de Joaquin Villalta o que busque en youtube. Y si además es practicante de cualquier Arte Marcial le recomiendo que haga lo imposible por entrenar al menos una vez con él.

Si no recuerdo mal, la primera vez que supe de su existencia fue hacia el año 1994 gracias a unos videos que me prestó mi amigo Álvaro Jimenez que mostraban secuencias espectaculares de un seminario que habia tenido lugar en España. Años más tarde, mi maestro Jesús Fernández estuvo entrenando con él y con Bryan Cheek y volvió hablando maravillas.

Creo que fue en 1998 cuando tuve oportunidad de entrenar con él por primera vez en un seminario que impartió junto a Kyoshi John Therien y desde entonces, han sido varias las ocasiones en las que he podido disfrutar de sus enseñanzas. Además tuve ocasión de entrevistarle (a través de Jesús) para la publicación de mi artículo en la revista Dojo en diciembre de 2005.

Siempre ha demostrado una plasticidad y una elegancia propias de un artista, siempre se ha preocupado por todos quienes estaban presentes en el tatami sin distinguir entre altos grados o principiantes y siempre ha mostrado su mejor sonrisa fuera cual fuera la situación.

Es de esas personas a las que da gusto ver y escuchar. Durante la comida le mencioné mi éltima entrevista al Maestro Mc Carthy y le comenté que cuando le conocí, me recordó mucho a él.

El encuentro fue estupendo, la comida espectacular y los momentos de risas y bromas maravillosos. Puede decirse que se trató de un "momento para el recuerdo" de esos que tanto me gusta rememorar y que quizá aparezca en próximos post.

Pero sobre todas las cosas, quiero compartir con vosotros una anécdota. Durante la conversación, Cristina le preguntó sobre sus experiencias en el mundo de la competición y sobre su relación con el miedo. El maestro nos recordó una de sus primeras competiciones en Judo cuando tenía aproximadamente 12 años. Su abuela le llevaba en coche cuando, cerca del estadio, estando parados en un semáforo, unos cuantos chicos muy grandes con cara casi de "terroristas" o "asesinos" cruzaron delante de su coche. Su abuela le comentó algo asi como "si te toca con uno de éstos estas perdido". Entraron en el estadio y al poco rato se escuchó su nombre y el de su adversario para que entraran a combatir al tatami. Al entrar, no podía creerlo porque su rival era uno de los chicos que había visto en el semáforo. Tragó saliba, miró a su abuela que estaba sentada en la grada y recibió el típico gesto que yo interpreté como cualquier cosa menos un poco de ánimo. Algo así como "te vas a enterar" o "vaya suerte que has tenido".

Comenzó el combate y, tras unos instantes de dudas, se sobrepuso a su miedo y después de unas cuantas técnicas, consiguió vencer el combate.

Quizá para alguno de vosotros esta anécdota no tenga mayor trascendencia pero, como a mi me gusta extrapolarlo todo a otros ámbitos de la vida (sobretodo algunos aspectos positivos de las Artes Marciales), yo lo tomé como una nueva lección para enfrentarnos a nuestros miedos y como un motivo para no dar nada por perdido ni tirar la toalla antes de tiempo, aunque la situación tenga toda la pinta de que no se va resolver a nuestro favor.

Desde aquí quiero agradecer a mi amigo Miguelo esa "grata sorpresa", agradecer al maestro que compartiera tan gustosamente sus experiencias con nosotros y espero que pronto podamos volver a repetirlo.