El título del post tiene mucho que ver con la imagen que lo acompaña, y el sonido de fondo de El sitio de mi recreo de Antonio Vega, quizá me sirva de inspiración para rellenar este espacio.
Recientemente alguien me sugería que escribiera sobre el Colegio F.E.M, sobre sus clases, sus profesores, las horas de recreo, las obras de teatro... y, como de eso me gusta mucho hablar, he aceptado muy gustosamente el reto.
Por si alguien está despistado o por si lo ha olvidado, la foto lo dice muy clarito: Calle de la Loma. Ésta es la dirección de nuestro colegio. Hay quien dice que "La calle del olvido" de Los Secretos tiene su inspiración en esta calle puesto que, el tristemente fallecido Enrique Urquijo también fue alumno del Colegio F.E.M.
Los más viejos del lugar tendrán otros recuerdos, pero los que estuvimos allí entre el ochenta y tantos y el noventa y tantos, no podemos olvidar a Pepe el conserje dando palmas y llamándonos "¡¡¡¡¡¡¡A filas!!!!!!", al Sr. Peña tirando de las corbatas de "chicle" o citando su famosa frase de "ya has hecho el paseillo" cuando te sacaba a la pizarra y te mandaba a tu sitio después de tirarte un minuto con la tiza en la mano sin saber resolver el problema. Al Sr. Molina con sus largas, extensas y pormenorizadas explicaciones en la pizarra (ver video). A Pepe Baez durante el primer día de clase preguntándole a los nuevos "...¿y cual ha sido la razón para que vinieras al Colegio F.E.M?. A Don Javier con sus obras de teatro repletas de disfraces imposibles y surrealistas. Y a tantos otros que se han quedado con sus "motes y etiquetas".
¿Alguno no recuerda Autocares José Gonzalez S.L?. Pues sí, era el autobús de Pepe que tantos y tantos kilómetros hizo con nosotros por España y parte del extranjero, compartiéndo mil anécdotas graciosas y muchas horas de mus.
El coro del colegio, que yó conocí de manos de Don Rubén hacia el 1984, pasados los años se fue convirtiéndo en TUNA y de ellos no podemos olvidar el "Tu me enseñaste a volar con alas de pajarillo" que cerraba cualquer evento, ya fuera el concurso de villancicos de navidad o las obras de fin de curso.
Mención especial tienen los bocadillos de la hora del recreo (chocolate, jamón, mortadela, chorizo, salami y...nocilla!!!!) que sólo entregaban a aquellos que iban a comedor pero que, por suerte o por destino, a pesar de ser de "los de casa",casi siempre acababan en mi estómago gracias a mi labia y a la generosidad de las cocineras que siempre me trataron muy bien.
Quizá no tan agradable como lo anterior (sobretodo para los que más recibían), fueron aquellos recreos jugando al "AJO" y al "TUBO" cuando cualquier elemento esférico era suficiente para que hicieramos un ratito el animal sin preocuparnos de quienes no "jugaban" y pasaban por aquel minicampo de batalla. (Fui testigo de dos o tres momentos "brutales" que han sido recordados a carcajadas a lo largo de los años en múltiples conversaciones con hermanos y compañeros, pero que no me gustaría que viviera ninguno de mis hijos como protagonistas).
Y poco más porque al final me extiendo demasiado...
Como dice La Calle del Olvido: "...recordar lo que fue, y lo que pudo haber sido"
Muy bueno Tamayo.
ResponderEliminarQuizás a muchos les suene los latiguillos y manías de muchos profesores
El Sr. Peña cuando escribías en la pizarra y según lo hacías te desviabas hacia arriba siempre decía: "Vaya, otro que quiere ser piloto". y su puñetera manía de tirar de donde nace el pelo de las patillas.
El querido, aunque en su momento no tanto por motivos obvios, Sr. Manpel (creo que se escribe así), la persona que hizo que nuestras faltas de ortografía fueran mínimas con sus dictados (Un hombre sabio sabia que una mujer savia sabia que la savia subía por el tronco de un árbol).
Cuando te sacaba a la pizarra a analizar frases pedía a alguien que dijera un numero y haciendo caer el lápiz sobre cualquier punto de la lista contaba y decía un nombre. Da igual cual fuera el numero y donde caía el lápiz, siempre le tocaba al que estaba hablando o a los mismos de siempre. Y cuando terminabas sin hacer nada o mal, decía: Sr Lledó, un cero.
La Srta. Eloisa y sus frases lapidarias:
- Como sigáis hablando mañana os pongo un examen sorpresa ¡Y sin avisar!
- Ya está bien¡¡ Coger una hoja y un papel y copiar estas ecuaciones.
Pepe, cuando desde el porche del colegio grande empezaba a contar para hacer filas y cuando llegaba a diez, todos los que estábamos abajo decíamos: Ooooooooooonce Mambo ¡
Seguramente muchos se acordaran del ¿autobús? de Pablo, que hacía la ruta por Madrid y en el que muchos días nos acompañaban "otros pasajeros" como lechones, gallinas y demás.
De los juegos de patio, El AJO como tu bien dices, era brutal. Cuando lo de mi clase jugábamos lo pasábamos bomba y reíamos como locos, aunque algunos llorasen a veces. Pero las risas se trasformaban en muecas de pánico cuando aparecía Ramón Mercero o Alex Treviño, que malas bestias, ¿Cómo se podía patear tan fuerte un balón?
En cuanto a los bocadillos te olvidas del famoso bocata de membrillo, las papeleras estaban llenas cuando acababa el tiempo de la merienda.
En fin, tengo más pero tampoco os quiero marear.
Un saludo
No sabes cuanto agradezco el comentario, no sólo por la información que aportas sino porque mi intención de fondo es que todo el que haya compartido algún momento de mi vida pueda exppresar "su visión de los hechos" puesto que mi memoria es amplia pero no infinita.
ResponderEliminarMuchas gracias Sr. Lledó!!!