El malestar nocturno, los sueños en bucle y el poco descanso, fueron pasando factura durante las horas grises de este viernes que amenazaba tormenta.
El cansancio se fue convirtiendo poco a poco en ese compañero inseparable que iba restando chispa y lucidez al habitual juego verbal que siempre me acompaña.
A pesar de haber vivido una vez más la alegría que te acecha cuando encuentras esas famosas coincidencias que nos caracterizan a los Tamayo, la jornada se fue torciendo a medida que llegaba la hora del encuentro.
Sin pensar en la importancia que tiene lo obvio, llegué tarde a la cita y lo primero que encontré fue un pabellón silencioso que respiraba apatía.
La marea azul poco a poco iba dilapidando los esfuerzos y el tesón de los naranjas. Y es ahí donde quiero detenerme un instante para hacer acto de contrición y entonar el "mea culpa". Porque los primeros instantes del post partido siempre suelen ofrecer una imagen distorsionada de la realidad, intentando dar explicación y justificación a lo sucedido...
Lo de "hay que jugar más rápido", "hay que presionar más", "este no pasa", "no se quien, no levanta la cabeza", "hay que hacer paredes", "nadie presiona", "es que vienen solos"... y todas las frases hechas que queramos añadir, se resumen en una sola palabra: ACTITUD.
Nos hemos creído que esto es fácil y nos hemos topado con un EQUIPO que, además de plantar cara, se ha mantenido unido y convencido de que con ganas y esfuerzo las cosas se consiguen. Es cierto que ha sido el partido más "duro" de todos los que hemos jugado, pero eso es simplemente otra excusa más... Cuando la mente no está, el cuerpo tampoco. Y si no somos capaces de reconocer nuestros propios errores, éstos volverán a aparecer de nuevo en la siguiente ocasión. Porque estoy convencido de que cada uno de los componentes ha salido creyendo que ha hecho las cosas bien de forma individual y que la "culpa es de los demás".
En fin... creo firmemente que esto es un bache, un momento de bajón y una circunstancia puntual, y por mi parte pienso remediarlo para no tener que vivir esa mala sensación y ese mal sabor de boca con el que me he marchado.
En mi noche "enfermiza" donde el insomnio me ha hecho mella, donde me he acordado de la lectura por la celebración del "Día del libro", he querido retomar mis relatos después de un año en blanco.
Va por ustedes y... DISCULPEN LAS MOLESTIAS!!