Que paradoja tan grande!!!
De pequeñito, cuando a todo el mundo le gusta dar patadas a una pelota, a mi no me gustaba el fútbol.
Mi padre nos llevaba a todos los hermanos a jugar al parque de la Virgen Blanca situado detrás del Hospital Clinico y a mi me daba por "recoger margaritas con mi madre".
Los primeros recuerdos se acercan cuando en 1982 se celebra en España el Mundial de Fútbol. Recuerdo los dibujos, las pegatinas y los cromos de Naranjito. Recuerdo la final entre Italia y Alemania disputada en el Bernabéu con Altobelli y Paolo Rossi como protagonistas. Recuerdo que la vimos en familia en la Heladería San Marco de Benidorm, situada en los bajos del mítico edificio Iberia.
Quizá fue ese el momento en que me empiezo a interesar por el fútbol. Quizá esos partidos de playa y aquellos "el que mete gol se pone" son mis primeros pasos como jugador de fútbol. De aquella época son también las frases de "la ley de la botella, quien la tira va a por ella" y "la ley del vaso, quien la tira no hace caso".
El fútbol es uno de esos deportes que engloba mucho más que el simple deporte, al que se añaden comidas, cenas, viajes y celebraciones. Siguiendo esos recuerdos de niño, debo hacer una pequeña parada para relatar cómo eran esos domingos de paella en casa de la abuela cuando el Atleti jugaba en el Calderón. Durante los primeros años me quedaba con mi hermano Juan en casa de la abuela Dora mientras que mis hermanos mayores y mis padres iban al campo a ver a nuestro querido Atleti. A su vuelta, independientemente de si habían ganado o perdido, la abuela solía hacer chocolate para merendar y si se terciaba, nos hacía tortilla de patata para cenar!!! (Como me gustaba pinchar en las patatas remojadas en huevo antes de pasar por la sartén).
Pues bien, la afición al Atleti viene por mi padre, no porque la abuela viviera en la calle Manzanares. Don Francisco (que así le llaman algunos) se hizo aficionado hace más de 60 años cuando iba con su tio Juan y se "colaban" en el Matropolitano. Digo se colaban porque por aquel entonces mi padre era un niño y su tio decía a los porteros una frase que se resume en algo así: "Vengo de parte de ese de alli" señalando a otro portero y así conseguían pasar.
Pasados unos años, empecé a ir al Calderón de vez en cuando porque Don Eugenio Cadalso (portero del Calderón y paciente de Don Francisco) hacía la vista gorda para dejarnos pasar. Hasta que en el año 1986 (no lo recuerdo exactamente) mi padre nos hizo socios a los dos hijos que faltabamos.
De aquella época recuerdo las bufandas de lana de mi abuela, las primeras banderas, el frio del Calderón, las hogueras que hacían los aficionados en la grada durante los partidos de la UEFA, la canción de LIFE IS LIFE, el anuncio de FORTUNA del videomarcador al que mi hermano Paco siempre acompañaba con la coletilla de "que bien hecho está", el Bayern 02 Uerdingen, Landáburu, Votava, Arteche, Pato Fillol, el Poli Da Silva, Ricardo Rogelio Do Brito "Alemao" y muchas cosas más...
Hoy me encuentro camino de Barcelona (apunto de llegar) y espero que mañana mi crónica sea lo suficientemente satisfactoria como para relatar en detalle todos los pormenores de haber conseguido ser CAMPEONES DE LA COPA DE S.M. EL REY.