Interrumpo hoy mi relato
de canciones, por un rato
pues se acercan nubarrones
que anuncian las elecciones.
El verano ha terminado
cuando septiembre ha llegado,
aunque parece que queda
la segunda primavera,
que se incendia con calores
de aquellos que con clamores
gritan y vociferan,
y nuestra bandera queman.
Diez años nos han pasado
y sin haberlo pensado
agradecemos al genio
por retrasar el ingenio
de crear las herramientas
que dan noticias sangrientas
difundiendo los desastres
en los primeros instantes.
Otro gallo cantaría
si dicha tecnología
hubiera estado en las manos
de aquellos seres humanos,
pues la pena que hoy sentimos
y que ese día vivimos,
habría sido mayor
al contemplar con dolor
el sufrimiento incesante
de cada manifestante.
Ese día perecieron
y con sus llantos hicieron
que el mundo entero se uniera
para comenzar la era
en la que todo ha cambiado
por culpa de ese atentado
El futuro es muy incierto
pero veremos abierto
el cielo azul que hoy reluce
mientras nos hacemos cruces
pensando en crisis y paro,
aguardando aquel disparo
que señale con firmeza
el fin de nuestra tristeza.
Si pensamos en la risa
como la tía Felisa,
que produce el calendario
que observamos a diario,
de un día de la semana
que ha tenido a buena gana,
elegir un numerito
que en España está maldito,
conseguiremos reírnos
recordando aquellos himnos
que tan felices crecieron
y en las Nocheviejas fueron
el buen caldo de cultivo
ahora casi fugitivo
de familias siempre unidas
muchas desaparecidas.
Hoy es martes,
trece el día.
Antes de que te hartes
de leer mi melodía,
echa un vistazo al futuro
con ligera rebeldía,
para enfrentarte a tu miedo
y ocultar tu cobardía.
Ríete sin complejos
sal de la monotonía,
pon tu vista no muy lejos
y llora sin melancolía.
