PETERTAMAYO

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Desarrollo personal, físico y mental (acompañado de vivencias, historias, experiencias y RECUERDOS!!!)

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miércoles, 16 de marzo de 2011

Que la fuerza te acompañe

Después de mi último post donde dejaba entrever que tengo que ser intervenido quirúrgicamente, quiero aclarar, para todos aquellos que todavía no se hayan enterado, que no se trata de nada grave, que no me estoy jugando la vida y que parece que tiene solución. Desde el pasado mes de mayo llevo quejándome de ciertos dolores y molestias en la rodilla que basan su razón de ser en el simple hecho de estar intentando hacer mi vida normal con el menisco roto.

Dada esta circunstancia y unida a la acción promocional desarrollada el pasado fin de semana, era de suponer que muchos de los que se enteraban de mi próxima operación, emplearan de forma jocosa el juego de palabras QUE LA FUERZA TE ACOMPAÑE para desearme suerte y una próspera recuperación.

Pero metidos en faena, voy a resumiros la fantástica experiencia de haber disfrutado de la magia de STAR WARS por unas horas.

Y no penséis que digo lo de fantástica por haber tenido que trabajar un sábado por la mañana y por la tarde con un dolor de rodilla intenso, que siempre es de agradecer, lo digo porque realmente ha sido una experiencia especialmente placentera viéndola desde el punto de vista de la satisfacción personal por haber realizado un buen trabajo, por haberme visto respaldado por grandes compañeros y por haber repartido ilusión como el calvo de la lotería (al que cada vez me voy pareciendo más…).

Después de muchos quebraderos de cabeza, de infinitos emails, innumerables llamadas de teléfono, negociaciones, solicitudes, permisos, etc., la puesta en escena fue increíble.

De fondo, la banda sonora se STAR WARS a todo trapo. En frente un pop-up de más de cuatro metros con la imagen de la promoción custodiado por los auténticos personajes de la película. Y para rematar la faena, mis compañeros Roberto Castaño y Pedro Quirós de http://www.tilllate.es/ para inmortalizar magníficamente bien todo lo que allí aconteció.

A pesar de algunos comentarios recibidos , nunca me he considerado un freaky de STAR WARS puesto que la primera saga me pilló muy pequeño y las últimas tres películas ya me han pillado muy mayor.

He de reconocer que recuerdo haber visto El retorno del Jedi en el cine en una de esas famosas salidas del equipo de Natación del Canal de Isabel II, pero nunca fui muy fan de los muñequitos, las naves ni demás elementos de merchandising propios de los niños de mi época.

La jornada ya empezó calentita y poco a poco todos aquellos usuarios de metro que pasaban por allí, decidieron participar y tomar fotos con sus cámaras o dispositivos móviles con una amplia sonrisa que les cubría toda la cara.

Mayores y pequeños, empleados de seguridad, personal de metro… TODOS disfrutaron como enanos porque la realidad de los personajes era espectacular. Muchos me preguntaron el horario de la promo para “avisar a mi hijo que está en Toledo” o “avisar a mi primo de Ávila que cuando le cuente esto va a flipar”.

El día transcurrió con mucha satisfacción, aproximadamente pasaron por allí alrededor de 25.000 personas y finalmente nos dio tiempo a hacer un poquito el payaso…

Antes de terminar, cuando el mismísimo Darth Vader se quitó el casco para decirme aquello de “Yo soy tu padre”, fue irremediable la necesidad de poder portar al menos por unos instantes el famoso casco negro mundialmente reconocido por todos.

Como alguno no me creísteis cuando os avisé de que los personajes de STAR WARS vendrían al metro, os habéis perdido una gran oportunidad difícilmente repetible…




miércoles, 9 de marzo de 2011

Libertad de expresiones

Después de una de esas noches largas, donde parece que nunca va llegar el momento de coger la postura porque te pasas el tiempo dando vueltas y vueltas sobre ti mismo, resulta que suena el despertador, y en ese momento pienso: bueno, "no por mucho madrugar amanece más temprano", para girar de nuevo sobre mi costado y así poder descansar un poquito más los párpados.

Cinco minutos más tarde, aturdido por el ensordecedor grito de la dulce criatura que descansa a mi lado plácidamente en su cuna, vuelvo a pensar para adentro y me digo: "A quien madruga, Dios le ayuda". Abro el ojo, enciendo el teléfono, miro la hora y, como decían Los Sencillos en su canción "Bonito es", me pregunto: ¿Qué día es hoy?, Hoy es martes…

Ha pasado exactamente un mes y hoy toca ir a ver al doctor para que me de los resultados.

Pero antes de nada, como cada día, he ido a mi oficina para cumplir con mi trabajo de la mejor forma posible y para echar una mano a coordinar tareas que, aun no siendo propias de mi puesto, son parte intrínseca de mi forma de ser dado que ejerzo y cumplo con la famosa frase de "Haz el bien y no mires a quien".

Llegaba el momento, lo comentaba con mis compañeros y de sus bocas escuchaba aquello de "Ya nos contarás…" con el soniquete de las despedidas donde te dicen eso de "Buen viaje, lleva cuidao y avisa cuando llegues".

Acompañado por el gran Dr. Tamayo mientras que hablamos del bien y del mal, me siento en la sala de espera mirando atentamente a las pantallas y esperando que señalen el número B219 como los corredores que esperan impacientes "el pistoletazo de salida".

Paso a la consulta y… "ojo al dato", antes de que me de tiempo a tomar asiento, recibo un auténtico mazazo: "Te tienes que operar"

"¿Comorrr?"," "¡¡¡Jaaaarrrlllll!!!,"No puedor, No puedor…"

Lo primero que pasa por mi cabeza es decir eso de "¡Multiplícate por cero!" que tanto repite Bart Simpson, para después recordar al gran M.A Baracus dicendo "No me subiré a ese avión".

Saliendo por la puerta de la consulta, una vez que nos habíamos despedido del Dr. Sánchez-Barbero y después de haber dejado constancia de mis pocas ganas de querer operarme, algo me decía que ese momento podía haberse interrumpido si el doctor hubiera dicho aquello de "Sólo una cosa más… ¡Tengan cuidado ahí fuera!".

Acudimos a la cafetería y, mientras sigo haciéndome a la idea de "lo que se avecina", de boca de mi padre escucho lo de "ya lo sabía yo". Lo comentamos, le hago mil preguntas, le pido opinión y me contesta con "tú verás lo que haces". Recapacito, reflexiono y como a mi "me encanta que los planes salgan bien" porque "más vale prevenir que curar", comienzo a "darle vueltas a la cabeza" para intentar encontrar el momento adecuado.

Una vez planteado el mes de junio como opción más acertada, parece que en el mes de mayo (cuando algunos madrileños repiten aquello de "San Isidro labrador quita el agua y pon el sol"), tendría que empezar con las pruebas del preoperatorio.

De vuelta al trabajo, lo comento con los compañeros y recibo algunas de las clásicas y míticas expresiones: "no me lo puedo creer", "estás fatal", "vaya putada"… y sin darme tiempo a mucho más, vuelvo a la tarea porque "hay mucho tajo" y "mucha tela que cortar".

"En fin" cuando "todo parece estar perdido" y crees que "vas de culo y cuesta abajo", siempre queda un momento para la reflexión al ver que tu hijo te mira con los ojos bien abiertos y te dice "TE QUIERO".

"Y eso es to… eso es to… ¡eso es todo amigos!". Espero que os haya gustado el relato de Un día de furia visto desde la perspectiva del incombustible @petertamayo.

Parafraseando a D. Manuel Luque y recordando a mi querido Pingüino en mi ascensor, si no le ha gustado: "Busque, compare y si encuentra algo mejor… ¡Cómprelo!"